Te veías hermoso.
Tu brillante cabello mezclado con barro
Y tus hermosas y largas uñas llenas de mi piel.
Fue la primera vez que realmente te amé.
Estabas revestido de la sangre de tus extremidades cortadas,
Y con una expresión de horror en tu angelical y pacífica cara.
Quizás eso fue lo que me obligo a hacer esto,
Tu perfección y mi ausente pasión.
Pensar que irás a parar a un basurero,
Ese frente al cine,
Aquel vertedero.
Pensar que ahí te conocí y ahí mismo te capturé,
Y sin amarte menos que ahora de tus musculosos brazos te despoje.
Solía creer que sería difícil,
Que tendría que correr antes de atrapar,
Y que jamás te dejarías torturar.
Extrañamente,
No opusiste resistencia.
¿Es que acaso confiabas tanto en mi como para entregarte?
Y fue así,
¿Me creías capaz de matarte?
Quizás confiabas en mi debilidad,
Y que cómo siempre,
Volvería a llorar.
Moretones y heridas,
Golpes que me dejaban sin vida,
Si yo cada vez moría,
A ti no te daré la muerte en un día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario