miércoles, 29 de octubre de 2008

Oh si. Otra dosis, otra dosis de ese paraíso incomparable de alucinaciones. Una y otra vez hasta que mi brazo quede morado. No importa donde ni como, ¡Sólo entierra esa maldita aguja! Aaaah, si...mucho mejor.

Sexo.Sexo.Sexo.Sexo. No puedo evitarlo, ven aquí. Ven, maldita perra, ven y haz lo que se me dé la gana. Exactamente asi, perrita, asi...eso, resistete, llora, grita. ¡SUFRE! Te lo ordeno. ¡SUFRE! Jajajaja. Acerca tu cuello a mis manos, eso es...sé que te gusta el dolor, vamos, lo haré con delicadeza. ¡MUERE MALDITA PUTA!

Déjame...recobrar...el aliento. Es cansador...alucinar. Aaaah. Maravilloso crystal meth. Hermoso y placentera droga.
Oh shit. Eso...eso...¿es alguien? ¿No eran sólo alucinaciones? Él me dijo que...mierda! ¿Que hago?¿Que hago? Ya lo sé.


Una chimenea más se prende dentro de la ciudad.

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