miércoles, 29 de octubre de 2008

Aire, aire. Eso es todo lo que pido, aire. Aire y un poco de agua. En esta habitación, esta maldita habitación, no hay nada. Y yo muero, muero. Nadie atiende a mis gritos, ni siquiera a mis llamadas de auxilio. Lo peor es cuando entra...oh, cuando entra...me ata a aquella mesa y juega conmigo. Me tritura dedo por dedo, me saca uña por uña. Mis manos sangrantes ya no dan abasto para otra sesión. Quizás ahora juegue con mis ojos, con mi cuello. El otro día la escuche decir que yo no merecía ver cómo me pasaba esto. ¿Me quiere matar o cegar? Que me mate, por favor, que me mate. Le daría todo lo que me queda de fortuna...pero ¡Que me mate! Si tan solo hubiera notado el poder de esta sirvienta, la hubiera eliminado de inmediato. Oh no...ahi viene denuevo. ¡No, no...no porfavor! ¡Te lo daré todo, lo juro! ¡No quemes mis ojos, lo ruego...no quemes mis ojos! ¡Aaaaaaghh!

No hay comentarios: