viernes, 6 de marzo de 2009

Maldito seas, vampiro.  Tú, que robas mi energía vital por medio de tus besos de fuego, que me quemas sin convertirte en cenizas, maldito vampiro inmortal y despiadado, dotado de seducción y pura maldad vertida en tu mirada, hijo de lobos y nieto de serpientes venenosas ,  maldito seas. Maldito seas porque me encarcelaste sin jaula,  me atrapaste sin trampa y me hiciste sonreír al concretar el acuerdo.  Porque robas mi sangre oxidada con tus labios de miel y la entremezclas con tu esencia de galán. Maldito seas, amigo mío, porque cuando empiezas a creer que mis labios saben a caramelo veo el autocontrol en tus ojos, seguido por la frustración de un deseo incumplido y rechazas mis besos en busca de una distracción. Porque sé que no fui la única y que habrá una siguiente. Porque me derrito al tocar tu piel de hielo y me hielo al mirar tus ojos.

Maldito seas vampiro, porque me haces amarte hasta la muerte, y no podré vivir para contarlo.








Dedicado a mi vampiro personal.