martes, 13 de diciembre de 2011

Hoy sólo me queda mirar por la misma ventana sombría que abandoné cuando ella llegó. Pensar que hace dos años, estaba justo aquí con exactamente las mismas intenciones y deseos, y que hace uno me quería mantener tan lejos de esto como fuese posible. Fue tan fácil querer dejarlo todo, y tan imposible hacerlo. Fue necesario sacrificar lo nuestro para que yo notara que estoy metida hasta el cuello y que pueden deshacerse de mi cuando lo deseen. Fue necesario volver aquí para que pensara en esto. Me pregunto... ¿Debería ir a buscarla? ¿Querrá que lo haga? Según recuerdo, su secuestro no fue tal. Ella no se veía en desacuerdo. Y es probablemente esto es lo que más me hirió. Eso, y el saber que ahora debo obedecer a quienes la tienen, sabiendo que no la podré volver a ver. Aborrezco el tener conocimiento de su juego, cuando era tan feliz en la ignorancia de creer que me amaba. Y esta maldita ventana ... esta maldita ventana que me mostró su reflejo por primera vez, la ventana que ella cerró cuando me bajé del borde, la ventana llena de oscuridad y sombras que envuelven mi alma cada vez que pienso en ella. La ventana que ahora sella mi destino al abrirse de par en par, permitiendo mi caída. No, no debería ir a buscarla. Y si, probablemente quiere que lo haga. Pero eso ya no importa. No importa cuando ves al piso acercarse veloz y puedes contar hasta el impacto...3,2,1. Angela.

viernes, 7 de octubre de 2011

Se miraron y todo a su alrededor dio vueltas. Las cosas desaparecían, cambiaban y reaparecían, y a ellos no les importaba. Sus mentes estaban lejos de allí, explorando los ojos de quien tenían al frente, cuestionándose si eran amados en tal cantidad como amaban, pensando si tal vez, en algún momento, el otro cedería y se iría con alguien más. Ambos tenían miedo de decir esas dos palabras tan certeras y tan perpetuas para la memoria. Ambos podían perder demasiado. Tomaron sus manos una vez más, absorbiendo el silencio de su alrededor hacia ellos mismos, conservando ese momento en sus corazones. El mundo era de ellos, y había solo una manera de conquistarlo. El mundo entero estaba contra ellos, y había una única manera de olvidarlo. El mundo entero estaba destruido, y solo ellos podían reconstruirlo. El mar se escuchaba al romper en las rocas, y la altura les causaba vértigo. Un último beso, el primer beso de su nueva vida. Ambos soltaron un "Te Amo" que jamás habían escuchado. Ni siquiera lo pensaron dos veces. Sin siquiera darse un segundo para arrepentirse, ambos estaban volando, camino a su eterno hogar. Juntos, a la exquisita inmortalidad.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Mírame. Mírame y dímelo. Dime cuanto me deseas, cuanto necesitas despedazarme en la cama y destruirme en todo sentido. Gritame cuanto necesitas rebajarme, cuanto necesitas transformarme en la criatura inmunda que tanto ansías y desprecias, que tanto amas poseer. Déjame humillada y rogando por tu nombre y tu amor. Déjame arrodillada a tus pies, llorando por una mirada tuya. Deja que esa oscuridad que tanto brilla en tu mirada te posea y se descontrole por absoluto, que se desborde y elimine cada rastro de humanidad que alguna vez hubo en ti. Transformate en el monstruo que sé que eres. Obligame a obedecerte, a arrastrarme, déjame intentar escapar solo para que tus sombras me envuelvan otra vez. ¿Puedes concederme ese deseo? ¿Puedes olvidar el cariño, y dejar salir la ira? ¿Puedes desatar tu lujuria y restringir tu caballerosidad? Olvida tu educación,  dime quien eres en realidad y no me dejes olvidarlo. Hazme tuya y dejame marcada para la vista de todos. Haz que tu marca sea eterna y que olvide quien soy. Que alucine con tu llegada y le pida a dios y al diablo por tu ida. Déjame adoptarte como mi peor pesadilla, y despertarme para darme cuenta de que eres un dulce sueño. Solo sé tú, y déjame desaparecer en tus brazos.

martes, 12 de julio de 2011

¿Es mi corazón el que late, o el tuyo en las sombras? ¿Mis ojos los que se apagan o tu voz la que me silencia? Será el extrañarte mi perdición ¿o acaso mi única salida?. Dudo que ser alguno pueda comprender lo ponzoñoso de tus besos o el azúcar de tus palabras. El sarcasmo de mi boca al ver tu corazón latir de amor, y las lágrimas eternas al verlo rendirse. Y si es que fuese así, y alguien lo comprendiera, sabría lo que es amar con tanta secrecía que ni el propio objeto de tal devoción lo adivinara. Entendería así mismo el dolor de mantenerse alejado para no intervenir con la rendición de quien solía amarte, y la misma pesadumbre de saber que es lo correcto. Quien haya amado así, y haya sido abandonado por su propia voluntad, ha sabido lo que es el dolor. Quien haya amado así, siendo capaz de dar su alma, para luego dejar partir sin berrinche alguno, sabe lo que es querer de verdad. Sin embargo, sabe también que siempre se odiará a si mismo por ello. Que siempre pensará en el "¿Que hubiese pasado si?". Y aunque las otras opciones causaran dolor y pena infinita a quienes se vieran involucrados, siempre se preguntará si no hubiesen valido la pena. ¿Es acaso mi eterno destino cuestionarme el dejar esa fuente de felicidad por creer en el bien mayor? ¿Será también mi castigo? Querer así, tal como lo hice, debería ser un crimen. Penado con la inyección letal. De tal manera que nadie se arriesgara y por tanto, nadie pudiese castigarse de tal manera como lo hago yo. Y espero, con todo mi ser, que nadie vuelva a amar de tal manera, pues más sufre quien deja ir que quien se va, y a pesar de que el mundo piense lo contrario, el que rechaza no lo olvida. El que rechaza jamás lo olvida.

lunes, 16 de mayo de 2011

[...]

Es imposible evitar tu radiante sonrisa. Te sonrío de vuelta y me haces olvidar mis problemas. Y de pronto, es solo un baile. Un hermoso, estúpido, y espero que eterno, baile. Tan incógnito como debería ser, tan glamoroso y liberador. Tu pelo vuela mientras te giro una y otra vez, tal bailarina de ballet.  Podría estar así contigo cien vidas seguidas, millones de años sin descanso por solo admirar tus ojos y tu sonrisa inocente y coqueta. Podría vivir estos minutos mil veces sin cansarme de contemplarte. Tu hermoso pelo castaño por fin acepta la gravedad y mientras tu paras, cae sobre tus hombros y tus pechos. Un mechón cubre uno de tus ojos, y yo riéndome, lo pongo en su lugar. Todo parece asombrosamente perfecto hasta que recuerdo que no lo es. Recuerdo las palabras de tu padre y un calambre se apodera de mi estómago. Intento disimular, pero me conoces tan bien...puedo oler tu preocupación. Oh, cariño. Mi alma gemela, mi vida, mi amor. Cuanto llorarías si supieras qué me borra la sonrisa del rostro en tu presencia y lo cruel que puede ser el destino. Cuanto llorarías por mí y porque ya es demasiado tarde para hacer lo correcto. Ni una lágrima por ti, preciosa. Pero juro que yo podría haber bautizado un nuevo mar en tu nombre. Semanas llevo, querida, con los ojos irritados de tanto llorar. No de cansancio, como siempre te digo, sino de llorar del dolor horrible que me invadió tras oír mi deber. Sin embargo, eres tú quien se lleva la peor parte.

Todo esta en cámara lenta. Me despido de ti culpando al cansancio y me voy a buscar una copa. No quiero que sepas que lo hice yo. Lo que voy a hacer. Por favor, desaparece. Por lo que más quieras, en estos cinco minutos, desaparece. ¡YA! ¡VETE!

Solo vete.

Entro al salón rogando por tu ausencia, solo para verme decepcionado por tu aura aún presente. Es entonces cuando comienza la cacería. Te veo salir al jardín y te sigo lo menos sigilosamente posible, rezando que me veas y huyas. No me notas hasta que estás sola. Y lejos. Demasiado tarde para los dos. Corro lo más lento posible, pero ni tus zapatos ni tu vestido te ayudan. Ay, amor. No puedo evitar que lágrimas corran por mis mejillas incontrolablemente, pero tengo la suerte de tener la cara cubierta con la capucha de la capa. Camino, pero es imposible perderte el rastro. Cómo quisiera ahora sacarme los ojos y perder cada sentido.

Es una noche oscura y sin estrellas, y las lágrimas corren por sus mejillas. Tan cansada, mi pobre dama.


[...]

miércoles, 23 de marzo de 2011

Sé cuál será tu próximo movimiento. Lo que pensarás incluso antes de que pienses en pensarlo. Sé que harás, mintiendote a ti mismo, diciendote que es lo mejor para mi. Y sabiendo, asi como yo sé, que no lo es. Y me pregunto si lo descubrirás algún dia, ya en brazos de otra mujer. Me pregunto si ella sabrá apreciarte. Y lo que no puede dejar de darme vueltas y vueltas en la cabeza es si yo podré traicionarte. Olvidar lo que fuimos y rehacerme. Empezar de cero, dejando atrás todo lo que me enseñaste. Odiaría tener que hacerlo. No quiero hacerlo. Menos quiero que pienses que hago lo que hago por lo que tu harás. Ni que dejes de hacerlo, cuando te des cuenta de lo que yo haré. Lo que hago no es por lo que tu hagas o dejes de hacer. Es para evitar que pienses que lo que hiciste me hizo hacer esto. Era lo que iba a hacer antes de conocerte. Mejor podrías considerarlo como algo que tu hiciste para evitar que yo hiciera lo que planeaba hacer el día que te conocí. Y como de hacer cosas se trata, yo sé que al hacer esto, tu no tendrás que hacer lo que tanto te complica hacer y pensar. Pero lo que yo pienso de lo que tu piensas, no está en mi lugar comentar. Yo estoy aquí para hacer algo, no para pensar en ello. Y esta vez, para disfrutarlo. Porque tan cerca de arrepentirme de acabar con una vida, me diste una razón para hacerlo. Sé lo que piensas, y lo que planeas pensar. Y lo que planeas mientras piensas. Y lo que piensas y planeas ahora, es olvidar que confié en ti y saciar tu borrachera ninfomana en mi. Olvidar que me hice amiga tuya el último dia de tu vida, que tu no pensabas fuese ese. Olvidar que yo llevaba veneno en mi anillo y una daga por si aquello no funcionaba. Olvidar que ese día yo seguía instrucciones. Si, puedes pensarlo como un regalo. Unas semanas más de vida de lo que te correspondía por una falla técnica. Esa falla técnica que el mundo insiste en llamar "amor".