domingo, 19 de abril de 2009

¿Que pasaría si mi nombre se perdiera entre los abismos, después de saltar con intención de suicidio? Sería irrescatable, casi irreconocible, desformado por una caída interminable que termina unos metros más allá, demacrado por no cumplir su cometido, abandonado sin posibilidad de sobrevivir a tan oscura oscuridad. Y luego se haría salvaje, luchando por su vida, viviendo en la negrura de árboles y bosques de alturas inalcanzables y alimentándose de frutos venenosos sin efectos negativos. De Goosfrabas alucinogenos que te relajan y te condenan. Que te condenan a la hoguera ardiente de los nombres perdidos, luego de haberte proclamado como rey y haberte vestido con trajes dorados. Y mientras se quemara, los nombres con dueño rezarían alrededor de él por su alma incondenable y atada al infierno que luego renacería como un caballo, un nombre de caballo, y sería libre y propia, y ya no querría tirarse de un abismo interminable como antaño, y correría hasta quebrarse una pata y perecer nuevamente, esta vez condenado al cielo. Y en un par de siglos se tiraría junto a un hombre en Wall Street sabiendo que el ser escuchado ya no causaría el mismo respeto de antes, sino que ahora causaría risa, o lástima, o ansiedad. Y ese hombre explotaría en la acera, y su nombre con él, avergonzado de su insignificancia. Y después, unas décadas más tarde, lo ocuparía una niña que luego se haría mujer, que no lo haría significar nada al menos en sus primeros años pero que no lo avergonzaría, y aburrido, se tiraría a un abismo, con intención de suicidio.

1 comentario:

José chamorro dijo...

Hola!

En cuanto al relato, me ha gustado mucho. Sin embargo, puede ser un tanto chocante, pese a ello, has logrado muy bien llevar una personalidad adrenalínica al límite con este personaje, más aún la concatenación de sucesos y su ritmo vertiginoso, le otorgan un matiz propio, que fue muy bien caracterizado.

Pd: Sigue así =)